Han pasado más de cincuenta
años y la Taxonomía de Bloom continúa siendo herramienta fundamental para
establecer objetivos de aprendizaje. En el 2000 sufrió una revisión por uno de
sus discípulos quien, para cada categoría, cambió tanto el uso de sustantivos
por verbos, como su secuencia. Recientemente, el doctor Andrew Churches
actualizó dicha revisión para ponerla a tono con las nuevas realidades de la
era digital. En ella, complementó cada categoría con verbos y herramientas del
mundo digital que posibilitan el desarrollo de habilidades para Recordar,
Comprender, Aplicar, Analizar, Evaluar y Crear.
LA COLABORACIÓN Y LA
TAXONOMÍA DIGITAL DE BLOMM
La colaboración puede asumir
varias formas y el valor de ésta puede variar enormemente. Con frecuencia, esto
es independiente del mecanismo que se usa para colaborar. Además, para las
personas la colaboración no es parte integral de su proceso de aprendizaje,
puesto que no tienen que colaborar para aprender, pero con frecuencia su
aprendizaje se refuerza al hacerlo. La colaboración es una habilidad del Siglo
XXI de importancia creciente y se utiliza a todo lo largo del proceso de
aprendizaje. En algunos momentos es un elemento de la Taxonomía de Bloom y en
otros es simplemente un mecanismo que puede usarse para facilitar Pensamiento
de Orden Superior y el aprendizaje.
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